martes, 24 de septiembre de 2013

TÚ NO ERES UNA COSA


El mundo y sus reglas están muy enfermos.
No es que sea nada nuevo, pero ahora somos muchos más y se nota también mucho más.
La cosificación viene de muy antiguo. Cosificar significa atribuir a un ser vivo el estado de cosa u objeto. Se relaciona íntimamente con el especismo, que es la actitud de creer que el Hombre, es de verdad el rey de la creación y puede utilizar, explotar, y expoliar todo lo que se le antoje (personas, niños, animales, recursos).
Así que creer que una mujer, un niño, un hombre débil, un anciano o anciana son equivalentes a cosas, permite actuar sobre estas "cosas" con total impunidad. para el que lo hace y para la ley, puesto que ésta, al estar hecha por los hombres adolece de sus mismas cualidades y defectos. Es por eso que la Ley evoluciona y cambia, porque cambian las circunstancias de los Hombres (y mujeres) y se presiona para actualizar lo que ya quedó obsoleto.
No hace más que cincuenta años que el derecho de pernada dejó de ser considerado "normal" (aquello de que el propietario de las tierras , el amo, podía beneficiarse de la esposa de uno de sus trabajadores, especialmente en la noche de bodas). Al igual que una mujer en España, pudiera tener su propio número de cuenta corriente, o no necesitara el permiso del marido para realizar diversas gestiones bancarias.


Traficar con mujeres y con niños y niñas, es precisamente el resultado de esta filosofía cosificadora. Asimismo, el tráfico de órganos, responde a la misma clase de creencias. Ponerlos a trabajar en condiciones infrahumanas o utilizarlos como objetos sexuales, da igual mientras de dinero. Así piensan esos hombres (y mujeres) que están en el negocio de la trata de personas.




Pero no sólo es esto, tan grave. No. Es también cuando las personas que te rodean (o algunas de ellas) dejan de respetarte y deciden por ti, o ponen en su boca las palabras que tú deberías decir, hablan de ti como si no estuvieras, te critican hiriéndote mucho, pero mientras se ríen, porque tú, ni sientes ni padeces (eso creen ellas) porque tienes mucho de cosa. O te riñen como si tuvieras tres años de edad, o limitan tu libertad, o no te tienen para nada en cuenta.
Esto es también una trata de blancas ligth, porque no hay un beneficio económico (o muy poco e indirectamente), porque no está oculto, porque parece que la gente encuentra "normal" este trato a tu persona.
Pues has de saber que tú no eres una cosa, nunca lo fuiste ni nunca lo serás.
Ese mundo y esas reglas necesitan de una actualización muy severa.
Hemos de abandonar ideas que hacen daño.
Hemos de despertar.
Hemos de hacernos respetar y hacer que se respete a las personas (grandes y pequeñas, jóvenes y viejas). No te quedes tan tranquilo o tan tranquila si contemplas este comportamiento cosificador y anulador de una persona. Haz algo, aunque sea una pequeña cosa. Es mejor que nada ¿no te parece?
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