jueves, 1 de diciembre de 2011

TU CARA ME SUENA

Pasando de canal en canal, me encontré hace tres semanas con este concurso, y me quedé a mirarlo. Me reí mucho, disfruté de las actuaciones, me complació observar cuánto se divertían realmente las personas del programa, que buen rollo había.
Ayer fue la final y también la vi. Unas actuaciones sensacionales, cariño, entrega, risas y...publicidad, claro. Pero me entró mejor (y no despotriqué de ella) porque, primero, se tenían que aprender un texto y representarlo y esto tiene su "qué" y segundo, riendo y participando de un programa que te hace sentir bien, que no hay críticas ni critiqueos, ni trapos sucios, ni deshonras, ni cosas feas, los Hall, o Lindt, o...no molestan, la verdad.
Ha sido una bocanada de aire fresco televisivo, como un volver atrás en el tiempo, cuando mirar televisión era divertido y amable.
Es cierto que hay muchas cosas feas en la vida. Pero ¿hemos de estar mirándolas continuamente? Por mirarlas ¿se van? ¿se resuelven?, no. Más bien nosotros nos amargamos progresivamente, se nos caen las comisuras de los labios en un gesto adusto, sombrío.
Además, un sabio dijo "las cosas pueden ser como son, o como las imaginas". Y yo digo: centrarse en lo mejor para construir lo mejor. 
Todos los expertos en riesgos y seguridades varias me dirán, ahora: hay que prever las contingencias peligrosas para ponerles solución efectiva. Pues sí, también. Pero no desde la visión de la amenaza imbatible y para defendernos, sino por ser prácticos. Por tener un as bajo la manga, por ahorrarnos trabajo. Que son cosas todas amables y positivas en vez de peligrosas y atemorizantes.
La vida es según el color del cristal con que se mira, decían hace mucho tiempo. Yo creo que es verdad. Cuando las cosas van mal, son duras, duelen, una ayuda extraordinaria es ser capaz, en un instante preciso, de mirar desde otro lado para ver lo bueno que encierra también lo malo. Entonces podemos relativizarlo y eso nos recuerda que lo único, lo que de verdad es imprescindible y un drama si se pierde, es la vida. Todo lo demás, puede asumirse (con mayor o menor trabajo interno) y evitar que nos haga daño. Otra cosa interesantísima que nos recuerda verlo desde otro lado, es que todo pasa, y esto, también (lo que sea de malo que nos ocurre), y así podemos tener la fuerza, el ánimo, la inteligencia, para resolver de verdad nuestro problema, que al fin y al cabo, de eso se trata: de vivir resolviendo y gozando de ello.
Así que como colofón, mencionar a IKEA y sus dos últimos anuncios: el de la fiesta y el de dormir tranquilos. No sé yo quienes serán sus asesores publicitarios, pero está muy claro que son personas con una filosofía positiva, potente, que sabe que las imágenes asociadas a palabras y sentimientos, se graban profundamente en la mente. Es bueno, no, no es bueno, es buenísimo que a millones de personas se les quede grabado en su mente hay que vivir con alegría, podemos dejar fuera a los monstruos, sí señor, es muuuuuuuy bueno. Felicidades Ikea. Felicidades Tu Cara me suena. Hoy me reconcilio un poquito con la televisión.


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