domingo, 28 de agosto de 2011

MÁS RUIDO POR FAVOR

Domingo 28 de agosto, 9 horas, estruendo insoportable. ¿Es que hay guerra?
No.
Son las fiestas del pueblo y se dedican durante los cuatro días, a hacer restallar trabucos (el estrépito es, de verdad, ensordecedor), petardos, tracas, y a tocar interminablemente  tambores (como tres o cuatro docenas al unísono), con el mismo sonsonete una y otra vez.
Yo me pregunto ¿debo ser rara? porque aborrezco el estruendo, el ruido, el sobresalto, completamente inútil e improductivo.
Miro a la gente: mamás con los bebés en los cochecitos, papás con los niños pequeños en brazos, gentes yendo con los perros (aterrorizados, por supuesto, pero nadie lo nota), pero no sonríen mucho, sólo siguen detrás de los ruidosos, junto con la otra gente.
Parecen autómatas puesto en modo "fiesta popular", no veo alegría, sonrisas, sino gestos forzados: encender los petardos, dar vueltas con el dragón encima o con el bastón de petardos.
Niños muy pequeños imitando (seguramente, no por propia elección) a los mayores: tocando tambor, disfrazados de demonios, en mini dragones (casi no pueden con ellos).
He estado en otras poblaciones y las fiestas mayores no han sido así.
Un antropólogo estaría contento: analizar las raíces de estas conductas (para mi horribles) tan obsoletas en el siglo XXI.
No veo nada de cultura, de reto personal, de superación, de compartir, de festejar.
Sólo agresividad soterrada: tienen permiso para molestar.
Lo único que se salva, es la carrera popular. La gente corriendo, entregada, resoplando, exigiéndose, y las competiciones de básquet en la calle.
Seguramente la mayoría, no se imagina esto, cree que es "normal" y "bueno". Pero eso es porque no se cuestionan la vida ni cómo la viven. Simplemente hacen lo que "siempre" se ha hecho. Así funciona la socialización: se repite el modelo desde bien pequeñito y así el niño una vez adulto, cree que el mundo es exactamente como se lo han hecho vivir.
Siguen torpedeando al aire. El dolor de cabeza ya es descomunal. El olor a pólvora se me ha metido en el cerebro.



1 comentario:

Mercedes dijo...

Es una muestra más del también "estruendoso"déficit de educación de este país.