martes, 5 de marzo de 2013

CUATREROS

Sí. En la actualidad siguen existiendo los cuatreros.
Ladrones de caballos.
Arrancan a los caballos de su hogar.
Pero hay más sofisticación en ello: muchos dueños de caballos los venden a los mataderos de caballos.
Al menos que rindan algo.
Que hay gente que no llega a la categoría de "persona", ya se sabe.
Pero comprobar que esto cambia tan despacio aunque pase el tiempo, es descorazonador.
En Asia se comen a los perros como nosotros a las vacas.
En todo el mundo se come carne de caballo.
Se come aletas de delfín y se arrancan los colmillos de marfil a los elefantes.
Eso, con animales (y mucho más que me freno de escribir), sin contar lo que se hace con personas: niños, mujeres, ancianos y hombres. Por señalar: prostitución, abusos sexuales, esclavitud, explotación, violencia...
Sin embargo, a pesar de que las ganas son de que la Tierra explote y nos consuma a todos -que no nos merecemos otra cosa- las iniciativas, la pasión y la lucha de algunas personas como ACMA, provocan que un rayito de esperanza se vea a lo lejos.
Recuerdo la noticia de la osa -en una granja donde les extraen la bilis, porque afirman que es curativa (vaya chorrada)- que no soportando el dolor y el sufrimiento asesinó a su cachorro e inmediatamente después se suicidó. Recuerdo la noticia del buey viejo al que iban a matar y que se clavó a la entrada del matadero y se puso a llorar. Recuerdo tantas noticias de animales que sienten empatía por los demás seres vivos sin importar que sean de otra especie.
Creo que tratando a los animales que se usan para comer, de esta forma inhumana, lo ético es dejar de comer carne. Dejar de comer huevos, leche, queso, pescado y cualquier otro producto que se cree con un coste de sufrimiento, por poco que sea. Imagina el foie, el sufrimiento del animal con el hígado enfermo. También pienso en los almohadones de pluma y los plumeros de pluma natural, a quienes les arrancan las plumas -vivos-, unas cuatro veces en su vida. Las ovejas, a las que para que un bicho que habita en la lana, no estropee el vellón, les hieren el ano para que estas bacterias vivan ahí. 
Analizando, se salva muy poco de lo que estamos acostumbrados a poseer y a usar, que no sea a costa del sufrimiento animal.
La especie humana lo está haciendo muy mal. Devasta sin piedad ni compasión. Es insensible al sufrimiento.
Con los animales, con la naturaleza y con sus hijos, mujeres, padres, asalariados...
No todos. Menos mal.
Pero ¿seremos suficientes?
¿Suficientes para cambiar la dirección de nuestras culturas egoístas y especistas?
No lo sé.
Como en todo, la solución pasa por la educación en valores éticos -que no morales-.
Pero ¿quién educará al educador que eduque al educando?
Te dejo el vídeo de ACMA






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