sábado, 11 de enero de 2014

LOS (FALSOS) REYES DE LA CREACIÓN

Es extraordinario el alcance que tiene Internet para dar a conocer lo que pasa de verdad, en cualquier lugar de la Tierra.
Esto es muy bueno, pues así podemos conocer casi de primera mano una realidad que, por diferentes razones, omitimos de nuestra consciencia.
También es devastador, aterrador, espeluznante.
Pero a pesar de ello, es mejor saber y conocer que ignorar. Ya hemos llegado a un siglo en el que no tenemos derecho a la ignorancia.
Veo día a día más crueldad, impiedad y escarnio que nunca antes en mi vida. Me derrumba, me hace aborrecer a la especie humana por lo indigna que resulta con sus actos.
He descubierto un programa de televisión online, valiente, que se ha bautizado como Instinto Animal. El nombre, define a la cosa; un sustantivo da sustancia (esencia) a lo que define. El instinto animal, visto lo visto, es mucho más humano, que la humanidad.
Recuerdo el vídeo que corría por Internet hace unos años llamado Empathie, donde se mostraba como en diferentes situaciones, los animales sentían compasión (fue antes de que los científicos afirmaran que los mamíferos y otras especies poseen consciencia y sentimientos) por otros animales de especie distinta y les ayudaban a salir del atolladero en que se habían metido. En el mismo vídeo, al final, un coche golpeaba a una persona en una calle transitada. Pasan cinco minutos de tiempo real, hasta que UNA persona reacciona ante el hecho del herido y se pone a hacer algo.



Este pasado año he descubierto gracias a Internet, el sufrimiento y el maltrato exageradamente duros que sufre un colectivo de animales que es de por sí, noble, inteligente y fiel: el de los caballos y burros. La tracción a sangre en países de Sudamérica, las romerías en España, el abuso en granjas, los espectáculos públicos (aparte del deleznable toreo, que ese sí lo sabía -y me repugnaba y repugna profundamente-), los circos, las tradiciones espantosas de los pueblos (el toro embolado, la cabra del campanario, la caza de gatos, los perros en el aire, las ocas, etc.).
Nunca me gustó mucho la carne pero desde luego, carne de caballo siempre me pareció un crimen, aunque a mucha gente le encanta. Es como comer perro: en China es tan normal como aquí comer pollo. Me imagino a mi perrita asada y con una manzana en la boca, y me da un pasmo.
Es necesario ir cambiando nuestra perspectiva humana: somos un animal más de los que habitamos el planeta y no tenemos derecho sobre los otros animales. Todos, sí, todos los animales queremos vivir nuestra vida, disfrutar y ser felices. Las vacas corren alegremente y se ríen si se sienten en libertad y respetadas. Claro que atadas a la máquina que las deja secas de leche, sin ver el sol ni pacer tranquilamente, esas, esas no se ríen sino que lloran. Porque los animales también lloran, no hablan, pero sienten emociones y el dolor, el miedo, el sufrimiento, las hace llorar.
Recuerdo la noticia de la osa que en una granja china donde tienen encarcelados a osos pardos para extraerles la bilis (seguro que es para elaborar supuestos afrodisíacos, sino ¿dime tú para qué es necesaria la bilis de oso?) que mató a su cachorro (lo ahogó con su peso) y después, se suicidó. Sí, se quitó la vida a conciencia. ¿Te imaginas el grado de horror que tuvo que soportar esa osa en particular, que activó su conciencia de tal modo que eligió matar a su hijo y quitarse la vida?
Son cientos los casos que recuerdo que me turbaron el alma.
Hay que abandonar el especismo, hay que dejar atras comernos a nuestros hermanos los otros animales, hay que cambiar la creencia de que hay ciudadanos de primera y otros de segunda (o tercera, o cuarta...), no podemos seguir utilizando a los animales, a las personas, a los niños, como si fueran cosas, objetos inanimados. No. Tenemos ánima y eso nos da derecho a una vida digna y a una muerte también digna.
Te invito a que reflexiones sobre esto.
¿Te imaginas que se descubre que la carne de bebé alarga la vida?
¿Te imaginas que clase de personas harán de esto un negocio y empezaran a desaparecer bebés cada vez más, cada vez más rápido?
Esto es ciencia ficción ¿verdad? Pues no caigas en esa trampa, porque quizás ya  está en marcha...
Reflexiona con seriedad sobre tu posición de vida en este planeta.
¿Ya haces todo lo posible por sustentar la vida en él?
¿Sabes que la industria ganadera es una de las que más contamina y contribuye al calentamiento global?
Infórmate, conoce, comprende y más tarde: toma decisiones y actú.
Te invito a que veas (y si te gusta te suscribas) en Youtube a Instinto Animal. Ve el programa, todos los programas y piensa. Piensa como un animal (que es lo que eres, no te creas que eres superior o mejor) y a ver qué haces con el resultado de tu análisis y reflexión.
Cuéntamelo aquí o en mi e-mail.
Juntos podemos mucho más que separados ¿no te parece?

Aquí el enlace a uno de los vídeos de este programa INSTINTO ANIMAL CANAL 22